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El lavavajillas es un electrodoméstico que nos permite ahorrar tiempo y dinero en nuestro día a día. Por ello, es importante limpiarlo y hacerle un buen mantenimiento para que nuestra vajilla siempre quede como nueva. A continuación, te explicamos cuáles son los problemas más típicos y te damos soluciones para que puedas resolverlos rápidamente.
El lavavajillas avisa de que ya ha terminado su trabajo, lo abres y ¡sorpresa! Ves que tu vajilla continua sucia. ¿Qué ha podido ocurrir? Para descartar que haya sido un error nuestro, debemos tener muy claro cómo meter los platos, los vasos y la cubertería en el lavavajillas:
- Es importante que antes de colocar todo el menaje en el interior del electrodoméstico, te asegures de que no haya trozos de comida en él. En el caso de que sea así, puedes retíralos con la ayuda de una servilleta. Te recomendamos no prelavar los platos antes de meterlos en el lavavajillas, ya que, a parte de gastar más agua de la necesaria, podría llegar a ser perjudicar para el funcionamiento de la máquina. Para evitar este tipo de errores, puedes leer nuestro artículo 7 errores más comunes al poner un lavavajillas.
- Por otro lado, coloca cada cosa en su compartimento. De esta manera, el detergente para lavado y el agua llegarán a todos lados y conseguirás un resultado óptimo.
- Utiliza un detergente adecuado y pon la cantidad que indica la etiqueta del producto. Si te pasas, podrían quedar restos al finalizar el ciclo de limpieza.
- Cada dos meses, limpia el interior de tu lavavajillas con un producto adecuado, como Somat Limpia Máquinas. De esta forma, eliminarás los restos de grasa o cal que hayan podido quedar en el interior del electrodoméstico.
Si a pesar de haber seguido todos estos pasos correctamente tu lavavajillas no limpia bien, te recomendamos revisar los brazos giratorios. A veces, acumulan restos de comida y eso impide que giren y distribuyan el agua de manera adecuada.
También es importante echarle un ojo al tubo de desagüe por si está obstruido o existe algún pliegue que dificulta su función. Por último, mantén el filtro de tu lavavajillas limpio. Es necesario que lo revises con regularidad.
Si has ido a sacar tus platos limpios y te has encontrado el agua encharcada al fondo de tu lavavajillas, ¡no te asustes! No tiene porque ser un problema grave y, además, seguramente puedas solucionarlo tú mismo.
Para detectar el error que está haciendo que tu lavavajillas no desagüe, deberás seguir estos pasos:
1. Apaga el electrodoméstico. Antes de comprobar cualquier función o parte de la máquina, recuerda apagarla. Es un paso muy obvio pero muchas veces, la inercia puede llevarnos a cometer este fallo. Evita cualquier riesgo.
2. Revisa la salida del agua. Una vez tengas el lavavajillas desenchufado, comprueba la manguera del agua. A veces, pueden estar retorcidas o tener un pequeño pinzamiento que dificulta la entrada y la salida del agua. Después, revisa la conexión del agua para cerciorarte de que no hay nada obstruyéndola.
3. Revisa la bomba de evacuación. En algunas ocasiones, cuando el electrodoméstico no desagua, el problema puede estar en la bomba. Para revisarla, deberás quitar el filtro del lavavajillas, eliminar el agua acumulada (puedes hacerlo con la ayuda de una esponja) y desbloquear la bomba. En caso de que haya restos de suciedad acumulados, elimínalos y vuelve a montar todas las piezas tal como estaban.
Siguiendo estos pasos, seguro que evitarás más de una llamada servicio técnico.
Para que el lavavajillas complete sus funciones correctamente, es necesario que la temperatura del agua varíe. Si tu lavavajillas no calienta el agua, gran parte de la suciedad de tus platos quedará adherida a ellos. Te contamos cómo debes detectar de dónde viene el problema:
- Apaga la máquina y vuelve a encenderla. Tal vez suene ridículo, pero en algunas ocasiones, el lavavajillas puede sufrir un bloqueo y desconfigurarse. Por ello, te recomendamos desenchufarlo de la toma de luz y volver a programarlo tal como te indicará en su manual de uso.
- Comprueba el programa que está seleccionado. Recuerda que el programa de prelavado está pensado para aclarar los utensilios en agua fría. Por lo tanto, si lo tienes seleccionado, tu lavavajillas solo utilizará agua fría.
- Resistencias rotas. Si tras hacer las anteriores comprobaciones, tu lavavajillas sigue sin calentar el agua, es posible que tenga las resistencias rotas. ¿Cómo puedes saberlo? La mayoría de estos electrodomésticos disponen de una pantalla donde aparecerá el error. En caso de que no tenga pantalla, comprueba en las instrucciones de uso cómo advierte tu lavavajillas que está sufriendo un error. También puedes consultar al Servicio Técnico.
¿Tu lavaplatos no se enciende? No te alarmes, puede que no sea grave. Antes de darlo por perdido, te animamos a que compruebes los siguientes posibles fallos:
- Comprueba el grifo del agua. A veces, lo que parece un fallo técnico grave, resulta ser un simple descuido. Por ello, es importante fijarte en este pequeño detalle. Puede que el grifo del agua con el que conecta tu lavaplatos esté cerrado.
- Revisa la manguera del agua. Si la manguera de entrada del agua está obstruida, deberás cambiarla. Simplemente hazte con una nueva y sigue los pasos que te indicará en el manual para cambiarla. Si por el contrario la manguera no está obstruida, será mejor que contactes con el servicio técnico.
Sacar el menaje del lavavajillas y ver que sigue húmedo es algo que no le gusta a nadie. Pero... ¿será por un error técnico de la máquina o porque no lo estamos programando bien? Sigue estos consejos para descartar que sea nuestro propio error:
- Llena correctamente el lavavajillas. Colocar los platos, los vasos, los cubiertos o cualquier utensilio fuera de su lugar adecuado, puede provocar bloqueos y dificultar el secado. Por ello, te recomendamos que te asegures de colocarlo todo en su debido lugar. Si quieres descubrir cuál es la mejor forma de hacerlo, puedes leer nuestro artículo ¿Cuál es la forma correcta de llenar el lavavajillas?.
- Evita los programas cortos. Aunque los programas de corta duración suelen ser una buena opción cuando tienes prisa, debes saber que estos reducen el tiempo a costa de eliminar fases del lavado, como es, por ejemplo, el secado. Por ello, te aconsejamos seleccionar un programa de lavado de larga duración. Espera a tenerlo lleno y ¡listo!
- Utiliza abrillantador. A parte de utilizar tu detergente habitual, te recomendamos añadir un abrillantador como, por ejemplo, Somat Abrillantador + Secado Extra que garantiza un brillo excelente, un rápido secado y sin manchas de agua.
- Deja tu lavavajillas abierto. Una vez termine el ciclo de lavado, te recomendamos abrir la puerta del electrodoméstico. De esa forma, ayudarás a que se acelere el proceso de evaporación y evitarás la aparición de olores desagradables. Sencillo, ¿verdad?
Si el problema deriva de motivos internos, difícilmente podrás repararlo sin la ayuda de un técnico. No obstante, también cabe la posibilidad de que el lavaplatos no eche agua o saque en exceso por un problema externo. Te ayudamos a comprobarlo:
- Falta o exceso de presión o caudal de agua. Para comprobar que el tubo que dispensa agua al lavaplatos tiene la presión adecuada, te recomendamos desconectar el lavavajillas, cerrar la llave de agua que alimenta el electrodoméstico y desconectar el tubo que va directamente a su interior. Posteriormente, coloca un cubo debajo de la salida del agua, vuelve a abrir la llave y así sabrás si tiene la presión y el caudal adecuados para su buen funcionamiento.
Como comentábamos al principio de este artículo, a parte de saber cuáles son los problemas más típicos que puedes encontrar en un lavavajillas, también debes tener muy en cuenta cómo cuidar del electrodoméstico para poder prevenirlos.
El incorrecto funcionamiento del lavavajillas puede deberse a errores técnicos o a un uso inadecuado del electrodoméstico. Algunos de los problemas más típicos son: el lavavajillas no lava bien, no desagua, no calienta el agua, no se enciende, no seca o no se echa agua. Un buen mantenimiento del lavavajillas puede evitar este tipo de situaciones y alargar la vida de tan útil electrodoméstico. Te contamos cómo debes cuidarlo día a día para sacarle el máximo provecho.
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