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Las lavadoras llevan entre nosotros más de 300 años. Al menos fue entonces, en 1691, cuando Inglaterra presentó la primera patente de una máquina de lavar y escurrir. Sin embargo, este electrodoméstico no se convirtió en un artículo de masas hasta la década de los 50. Desde entonces las lavadoras han evolucionado para hacernos la vida más fácil y ya es posible, incluso, programarlas desde el móvil. Sin embargo, aún tenemos dificultades a la hora de poner una lavadora.
El proceso es sencillo: seleccionamos la ropa que queremos lavar, la introducimos en el tambor, vertemos detergente y suavizante y presionamos el botón de encendido. Entonces, ¿por qué la ropa no sale siempre perfecta?
El primer paso a la hora de poner una lavadora consiste en separar la ropa. No todas las prendas pueden ir en una misma colada. En líneas generales, la ropa blanca debe lavarse por separado para evitar que se adhieran otros colores. Te recomendamos leer más abajo nuestros consejos para lavar la ropa blanca. También es recomendable separar por tipo de tejido para así poder elegir el programa más adecuado (algodón, sintéticos, lana o delicados...), así como lavar por separado las prendas nuevas cuando se trate del primer lavado.
Lo más recomendable es leer la etiqueta de cada prenda para conocer el tipo de lavado (a máquina, a mano) y temperatura máxima que soporta, y hacer cada colada en función de estas indicaciones.
Una vez hemos clasificado la ropa, introducimos la colada en el tambor, desabotonando y desdoblando bien cada prenda (atención a los cuellos y puños de las camisas) para que el agua llegue a cada rincón. Además, debes tener en cuenta que para que los tejanos conserven el color es recomendable lavarlos del revés.
Aquí encontrarás más información sobre cómo entender los símbolos de la lavadora.
Pon siempre que puedas la lavadora a carga completa, siguiendo las instrucciones del fabricante de la máquina, pero no la sobrecargues demasiado, pues no favorece que las prendas puedan mojarse adecuadamente. Como pista, debe quedarte espacio para introducir una mano y darle la vuelta.
El siguiente paso consiste en verter detergente y suavizante en el cajetín de la lavadora. Sigue las instrucciones del fabricante y no te excedas en la cantidad. Más jabón no significa más limpieza.
Para saber qué cantidad necesitas, sigue las instrucciones recomendadas en el producto. Es importante conocer la dureza del agua y el grado de suciedad de las prendas, y en función de ellas dosificar la cantidad adecuada de producto. Mapas como este te indican cómo es el agua que estás usando en tu lavadora en función de la provincia donde vives.
En cuanto al suavizante, más de lo mismo: prohibido abusar. Sigue las instrucciones de uso recomendadas por el fabricante para conseguir un buen efecto de suavizado, teniendo en cuenta si el producto es concentrado o diluido. Una dosis adecuada de suavizante no perjudica la capacidad de absorción de agua de las prendas, al contrario, la refuerza.
Ahora llega el paso más complicado de poner una lavadora: seleccionar el programa. Si has leído antes la etiqueta de las prendas, sabrás qué temperatura es la adecuada. Un consejo: para coladas de prendas con poca o muy poca suciedad, selecciona programas con temperaturas bajas. Con ellos podrás mantener tu ropa en perfectas condiciones por más tiempo. Si necesitas lavar prendas con mayor suciedad, selecciona la máxima temperatura que permita la prenda.
Y para la elección del detergente una muy buena opción es alguno de los productos de la marca Dixan (en polvo, en gel o en cápsulas, o incluso su variedad Adiós al Separar con la que podrás olvidarte de separar la ropa de colores), que te aseguran un lavado sin complicaciones, ropa limpia al mejor precio y la manera inteligente de lavar.
Un último consejo: tan importante como poner bien la lavadora es colgar la ropa nada más termine el lavado. Así evitarás manchas de humedad y olores... ¡y tu ropa estará limpia!
Como hemos visto arriba, el primer paso es clasificar la ropa por tejido y por colores. Las prendas blancas requieren una atención especial porque pueden volverse gris o desteñirse si las mezclamos con otros colores. En general, la ropa blanca o clara puede lavarse a altas temperaturas, por lo que es recomendable lavarla siempre a la máxima temperatura permitida por la etiqueta de la prenda. Si quieres saber más sobre trucos específicos y qué productos son los mejores para lavar la ropa blanca, continua leyendo nuestro artículo Cómo lavar ropa blanca.
A diferencia de la ropa blanca, para lavar las prendas negras y oscuras es recomendable elegir un programa de lavado frío o a baja temperatura (nunca caliente). De esta forma, el negro mantiene su brillo por más tiempo y evitamos que se vuelva gris. Puedes consultar más trucos sobre cómo poner una lavadora de ropa negra en nuestro vídeo tutorial Cómo lavar la ropa negra.
RESUMIENDO:
Las lavadoras nos acompañan desde hace más de 300 años. Pero ¿sabes poner una lavadora de manera correcta? Te explicamos cómo: clasifica la ropa por colores, por la temperatura que pueden soportar o por las características específicas de cada tejido. Una vez hecho esto, procura poner la carga completa en tu lavadora pero sin sobrecargarla. Utiliza sólo el detergente y suavizante correspondiente. Más detergente no significa más limpieza. Una vez terminado el programa, saca rápidamente la ropa de la lavadora y cuélgala. Lucirá como el primer día.
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